Gobio de Miller (Millerigobius macrocephalus)

Cómo es:

El gobio de Miller pertenece al filo Chordata, clase Osteichthyes, Orden Perciformes y familia Gobiidae. Esta familia presenta un cuerpo alargado, cilíndrico, estilizado y robusto. La cabeza es grande, redondeada y algo deprimida. Los ojos son saltones y están en posición dorsolateral. La boca es grande con labios prominentes y carnosos y está armada con numerosos dientes. Carecen de línea lateral, pero tienen en la cabeza unos canales pertenecientes a este mismo sistema sensorial. Tienen dos aletas dorsales separadas, siendo la primera más corta que la segunda, las aletas pectorales son grandes, la aleta anal es larga y la caudal es redondeada, las aletas ventrales se encuentran soldadas entre sí por una membrana, llamada frenum, formando un disco, lo cual es un claro ejemplo de adaptación a la vida bentónica.

 

El gobio de Miller presenta un cuerpo bastante grueso y puede llegar a medir entre 4 y 4,5 cm de longitud. Su cabeza es bastante grande, con una hilera transversal de pequeñas papilas entre los ojos y la narina anterior es tubular. Carece de radios filamentosos en las aletas pectorales. Presenta escamas ctenoides, entre 28 y 32 en el lateral y la nuca carece de escamas. La coloración va del rojizo al gris parduzco pálido con 9-11 franjas verticales marrones oscuras.

Cómo vive:

El gobio de Miller tiene una distribución batimétrica limitada, ya que se encuentra en aguas poco profundas desde la superficie hasta unos 5 m de profundidad. Se trata de una especie ligada a pequeñas cuevas o bajo piedras, aunque en el Mar Menor busca abrigo en la tupida pradera de Caulerpa prolifera. Su distribución y abundancia en el Mar Menor es toda una incógnita ya que se trata de una especie rara y esquiva. Se han observado en contadas ocasiones. Su distribución natural abarca el norte del mar Mediterráneo.

Algunas curiosidades:

El gobio de Miller se alimenta básicamente de pequeños invertebrados marinos. El periodo de reproducción comienza a principios de abril y puede durar hasta bien entrado el verano, cuando las aguas son más cálidas. Es una especie eurihalina y euriterma, ya que tolera muy bien las variaciones de temperatura y salinidad. Esta especie es endémica del mar Mediterráneo, siendo uno de los gobios más raros que pueden encontrarse en él. En la fotografía nº 2 podemos observar una hembra portando unos parásitos (copépodos) en el la zona de la nuca.