Cangrejo ermitaño de roca, brujita de roca (Clibanarius erythropus)
Cómo es:
La brujita de roca es un pequeño cangrejo ermitaño que se reconoce fácilmente por su color de fondo: pardo oscuro y verdoso; sus pinzas manchadas de azul y los pereiópodos rayados de rojo, azul y blanco. Las puntas de sus 8 patas marchadoras presentan franjas de color rojo y blanco. Los pedúnculos oculares son de un color rojo vivo. Los ojos presentan un punteado blanco sobre fondo negro muy característico. Su abdomen asimétrico desprovisto de tegumento está enroscado para que pueda coger y englobar dentro de una concha vacía de gasterópodo; además, sus patas y pinzas le permiten bloquear la entrada a modo de opérculo. Su rostro es pequeño, triangular, ligeramente más largo que las espinas laterales del caparazón.
Cómo vive:
Se trata de una especie Intermareal aunque a veces puede encontrarse en los primeros metros de la zona infralitoral. Frecuentemente usa las conchas vacías de Nassarius, Monodonta, Calliostoma, Nucella, Gíbula, Ocenebra, Clathrus, Cerithium, etc. Se ha estudiado que prefieren las conchas globosas a las alargadas ya que les permita una mayor movilidad. Se alimentan de todo, son básicamente carroñeros, pero también incluyen en su dieta: pequeños invertebrados como: gusanos poliquetos, pequeños crustáceos y larvas, así como algas frescas o en descomposición. Se encuentra presente en el Mar Mediterráneo, el Mar Negro y el Océano Atlántico oriental desde las Azores a hasta las islas Británicas. En el Mar Menor es común en algunas zonas y puede llegar a ser localmente abundante en los canales. Prefiere fondos rocosos.
Algunas curiosidades:
Para protegerse se refugia en el interior de las conchas vacías de moluscos gasterópodo. A medida que el ermitaño va creciendo, debe cambiar de concha. Empieza por inspeccionar detenidamente con sus pinzas las conchas vacías y cuando encuentra la adecuada, se muda rápidamente. Para los cangrejos ermitaños encontrar una concha vacía es cuestión de vida o muerte, ya que su cuerpo es blando, por lo que son frecuentes las luchas entre ellos cuando en una zona hay pocas disponibles. En muchas ocasiones los depredadores están atentos para depredar sobre los indefensos ermitaños.