Artemia Artemia sp.

Cómo es:

Este crustáceo pertenece al filo Arthropoda, subfilo Crustacea, clase Branchiopoda, orden Anostraca y familia Artemiidae. Los braquiópodos son un grupo de crustáceos muy primitivo y extremadamente heterogéneo. Una de las características más notables de esta familia es la de presentar 11 pares de patas natatorias y un pene ventral, sin espinas en el ápice. De acuerdo con Amat (1985), lo que se ha venido conociendo como Artemia salina (Linnaeus, 1758) corresponde en realidad a un complejo indeterminado de especies.

La artemia es un pequeño crustáceo desprovisto de caparazón que puede llegar a alcanzar 15 mm de longitud en estado adulto. Se caracteriza por presentar un cuerpo transparente de color rojo intenso debido al colorante de su sangre. Presenta dimorfismo sexual. Los machos, a diferencia de las hembras, presentan en la cabeza unas antenas muy modificadas que les sirven para agarrar a las hembras durante el apareamiento. Las hembras tienen unas antenas sencillas y presentan un útero muy engrosado en la base de la cola.

Cómo vive:

La artemia es un animal con una gran capacidad de colonizar ambientes extremos. Vive en lagunas, lagos salados y salinas, pero nunca en mares y océanos. Es muy común en las salinas de San Pedro del Pinatar y de Marchamalo, dos humedales importantes en el entorno del Mar Menor. Se han observado en las orillas próximas a estos puntos como en el Molino Quintín (San Pedro del Pinatar). Se trata de una especie cosmopolita.

Algunas curiosidades:

La artemia se alimenta por filtración de partículas orgánicas, microalgas y pequeños organismos que flotan en el agua como bacterias y rotíferos. Presenta un ciclo vital de tipo anual con una reproducción bastante compleja que va a depender de las condiciones ambientales: larvas de vida libre (ovovoparidad) o quistes o huevos de latencia (oviparidad). La formación de quistes es un mecanismo de supervivencia en ambientes hostiles. Puede llegar a vivir un año y realizar hasta 15 mudas hasta llegar a su fase adulta. La artemia siente atracción por la luz, es decir que presenta fototropismo positivo. Los huevos pueden permanecer metabólicamente inactivos durante largos períodos de tiempo en condiciones de total ausencia de agua y oxígeno, y a temperaturas por debajo del punto de congelación. Esta característica inusual es llamada diapausa o criptobiosis; una vez el entorno es adecuado, la eclosión puede comenzar transcurridas las primeras ocho horas.