Corneta, Gusano (Hexaplex (Trunculariopsis))

Cómo es:

Hexaplex trunculus pertenece al filo Mollusca, clase Gastropoda, orden Neogastropoda y familia Muricidae. El orden Neogastropoda se caracteriza por presentar una branquia, una aurícula y un sistema nervioso especialmente concentrado y por tener conchas no nacaradas interiormente. Esta familia se caracteriza por presentar conchas sólidas de espira alta o baja, con fuertes pliegues, nudosidades o espinas. El peristoma es ovalado y sin dientes. El canal sifonal es largo o pequeño, cerrado o abierto. El opérculo córneo es fuerte y de color marrón oscuro. El animal presenta rádula y tiene unas glándulas que contienen el tinte púrpura.

 

La corneta alcanza unos 8 – 9 cm de longitud. Su concha es robusta, algo cónica, con 6 o 7 espiras altas; su superficie presenta una fila de nudosidades o espinas más o menos marcadas sobre cada vuelta de espira, los juveniles presentan las protuberancias menos marcadas. El canal sifonal es corto, amplio y parcialmente cerrado. La coloración de la concha es beige – grisácea con tonos anaranjados y con dos o tres bandas marrones, aunque suele estar cubierta de organismos incrustantes; el estoma es nacarado y con tonos violeta.

Cómo vive:

Esta especie se encuentra desde aguas superficiales hasta unos 80 m de profundidad. Habita sobre fondos arenosos o rocosos. En el Mar Menor su población se ha multiplicado en los últimos años, desplazando a otras especies que eran más abundantes como la pada (Cerithium vulgatum) y depredando a otras, como es el caso de muchos moluscos bivalvos, como la chirla (Chamalea gallina) o el Arca noae, que también se han visto disminuidos. A nivel mundial está presente en el mar Mediterráneo y en el Atlántico próximo, desde Portugal hasta Canarias.

Algunas curiosidades:

La corneta es un depredador activo y carroñero que perfora a sus presas ablandando la concha con secreciones ácidas de un órgano especial que presenta en el pie y raspando con su rádula. Estas caracolas presentan unas glándulas especiales de las que antaño se extraía el codiciado color púrpura; actualmente esto ya no se realiza, puesto que para conseguir un solo gramo de colorante se sacrificaban entre 5.000 y 10.000 ejemplares.