El estudio advierte que el acuífero se sitúa ya en algunos puntos por encima de los 16 metros sobre el nivel del Mar Menor, lo que ejerce mayor presión sobre el ecosistema y la cuenca vertiente
El informe de ‘Seguimiento y análisis predictivo de la evolución del estado ecológico del ecosistema lagunar del Mar Menor y prevención de impactos 2023’, elaborado por el grupo de investigación de Ecología y Ordenación de Ecosistemas Marinos costeros de la Universidad de Murcia (UMU), y realizado a petición de la Comunidad Autónoma, incide en la necesidad de rebajar el nivel del acuífero para reducir la entrada de nutrientes.
Así, el estudio concluye que el nivel freático ha registrado un incremento a lo largo de los últimos ocho años, desde 2016, y se sitúa ya en algunos puntos por encima de los 16 metros sobre el nivel del Mar Menor. Esto está provocando que afecte a la interacción con las aguas urbanas de localidades alejadas de la costa y que ejerza una mayor presión con un incremento continuado de la entrada de aguas y nutrientes, tanto superficial, como subsuperficialmente, por numerosos puntos de la ribera interna de la laguna.
El catedrático de Ecología y experto en el Mar Menor, Ángel Pérez-Ruzafa, presentó hoy el informe en el que se indica que la situación se puede revertir o minimizar si se actúa de manera directa sobre las descargas de agua dulce y con alta concentración de nutrientes. También explica que solo será factible la recuperación si se rebaja el nivel freático por debajo del nivel del mar y dar tratamiento a esas aguas y las salmueras para eliminar los nutrientes y reutilizarlas sin que viertan al Mar Menor.
En el estudio, se destaca la relevancia de la rebaja del nivel freático en el estado ecológico del Mar Menor porque evitaría que esa agua esté entrando directamente al mar, aflorando por la rambla y aportando directamente nutrientes, que con el nivel tan elevado del nivel freático, provoca que el impacto de cada lluvia sea mayor en el Mar Menor.
El informe propone una serie de actuaciones y recomendaciones para mejorar el estado ecológico del ecosistema, con un equilibrado plan de gestión del agua a medio y largo plazo con el punto de vista socioeconómico, la regulación de nutrientes, la colocación de setos, acciones para evitar escorrentías y la retirada de biomasa.
Los resultados arrojados en la publicación demuestran que la retirada de biomasa sigue siendo una medida eficaz para reducir la presión sobre el Mar Menor, pues al retirar la materia orgánica antes de que se descomponga va asociada a la consecuente retirada de nutrientes disponibles y al consumo de oxígeno asociado.
Desde 2017, el Gobierno regional ha retirado más de 45.000 toneladas de materia orgánica, antes de que su descomposición en el mar, con la consecuente retirada de nutrientes, lo que ha reducido su presencia en un 80 por ciento entre los años 2022 y 2023.
Prioritario es actuar en el acuífero
El informe también hace referencia a que todas estas medidas no son suficientes, porque el gran problema sigue siendo el acuífero, que está provocando la estratificación de la salinidad al quedarse el agua dulce en superficie y el agua más salada en el fondo, lo que afecta a la distribución del oxígeno y otros parámetros. Por eso, hay que actuar en rebajar el nivel freático porque el problema irá a más si no se actúa sobre él.
El estudio científico subraya que es muy importante el consenso social, técnico y político y que se adopten las medidas con los especialistas en hidrogeología, en colaboración con los sectores activos en la cuenca, y poder utilizar las infraestructuras disponibles para reducir el nivel freático al menos entre 1,5 y 2 metros al nivel de la ribera interna de la laguna. Ante una situación que está clara, y diagnosticada desde hace años, es urgente avanzar en la toma de decisiones y en la ejecución de actuaciones para la gestión y control del agua.
Se mantiene la dinámica de afluencia de agua dulce
El informe determina que durante el año 2023 se ha mantenido la dinámica de afluencia de agua dulce cargada de nutriente, alternándose las situaciones en las que el protagonismo se concentra en la rambla de El Albujón.
Asimismo, el grupo de investigación de Ecología de la UMU pone de manifiesto que a pesar de que el Mar Menor sigue en un equilibrio delicado, ha recuperado en parte sus mecanismos de autorregulación, pero sigue siendo sometido a las mismas presiones.