Cada año tras el verano millones de aves comienzan un largo viaje hacia el sur.
Con la llegada del otoño las aves que vinieron a resguardarse de las altas temperaturas de África, vuelven a su lugar de origen y las que pasaron el verano en su hogar, comienzan su viaje huyendo de las bajas temperaturas. Y no es de extrañar que muchas de ellas elijan el Mar Menor para pasar el invierno. Pero, ¿Por qué lo hacen?
La realidad es que las bajas temperaturas del norte de Europa congelan los lagos donde las aves acuáticas encuentran su comida y esto les obliga a hacer las maletas en busca de alimento y un entorno más agradable, es decir, menos frío.
Una gran variedad y cantidad de alimento es justo lo que encuentran en el Mar Menor y alrededores, por ello, también, una gran cantidad y variedad de aves elige esta zona para invernar. Si paseas por el entorno del Mar Menor, en invierno, podrás encontrar desde cormoranes, que son aves pescadoras, pasando por zampullines, gaviotas, garzas y garcetas, espátulas, flamencos y hasta aves limícolas, como correlimos y vuelvepiedras, que reciben este nombre porque se alimentan de los pequeños invertebrados que se esconden en el limo o barro. Estos últimos seguramente los verás corretear en las orillas buscando algún bocado entre las piedrecitas y la arena.
¡No te pierdas el espectáculo de convivir con nuestras vecinas las aves!